Aletargada en el autobús, sin pilas en el mp3, y sin ganas de tener que oír a la gente contar su vida por teléfono, diluviando afuera y dejando pasar la tarde hasta que llegue la noche para no sentirme tan triste y sola.
Me gustan este tipo de días, son propicios para pensar y darle vueltas al coco.
Y mientras observo a través del cristal las calles medio vacías y las caras tristes , imagino una vida diferente a la que llevé desde los 18 años. Tantas cosas que no hice... y otras tantas que no tuve oportunidad de hacer...
Me gusta soñar despierta y pintar sobre un lienzo ya usado colores nuevos con los que tapar los que no se pueden borrar.
Son maneras de recordar a la gente que se fue y a la que nunca conocí... quisiera cambiar tantas cosas, dar marcha atrás en el tiempo y rectificar...
Pero ya no puedo!!
Asumo las consecuencias de mis actos y cargo con ellas. Sólo me pertenecen mi presente y mi futuro; el pasado ya murió y fue enterrado, y el condicional nunca existió.
Ahora es el momento y debo disfrutarlo junto a la persona que quiero, la que me devolvió a la vida hace ya 3 años y con la que pronto compartiré nuestro nuevo hogar.

La lluvia ha cesado y yo regreso a casa... despertando...