
Siempre quiso ser como los demás, pertenecer al grupo, sentirse acogido,arropado, seguir la moda, los convencionalismos, ser uno más.
En la soledad de su frío cuarto de juegos inventaba diálogos absurdos, bailaba, reía, soñaba...
Esperaba crecer, hacerse mayor, ser dueño de su vida, tomar sus decisiones, ser libre, deshacerserse del yugo adulto que lo exasperaba, que lo inmovilizaba.
Y creció poco a poco, y se fué enamorando precozmente, y se hizo daño, imaginó mil historias de amor y vivió sus fantasías.
Nunca supo lo especial que era, simplemente vivía como podía y pensaba como pensaba, no lo podía evitar.
En su juego interno disfrutaba de sus sueños de niño, desafiando los convencionalismos, creando su propia ética, la que le servía para llenar un vacío que aún perdura.
Cómo llenar un corazón que fué arrancado y mordido...??? Las fauces aún sangran...
Miradas furtivas que cosen heridas, palabras llanas que cauterizan,llamadas telepáticas que no son respondidas.
Nunca entendieron sus mensajes, nunca se hizo querer por quien amó en silencio.
Sólo un gesto amable y sentirse aceptado inunda de dicha su baja autoestima, la que nunca recuperará.
Hoy es un día gris... sabe que al final será abandonado y aunque lo quiere borrar de su cerebro, es algo que ocurrirá inexorablemente.
La soledad espera su llegada y mientras, le engaña con dulces momentos holográficos.