La visión

De repente, como emergente de una neblina vítrea, se abrió ante mí la visión del Londres que siempre soñé...
Imposible describir lo que mis sentidos percibieron en aquel momento...un estado de semi entumecimiento me invadió de pies a cabeza...
Y por fin, la calle del hotel, el hotel, la habitación...

Pasando olímpicamente de mi instinto inspeccionador, me dediqué a despojarme del peso físico y mental que llevaba en mi maleta, y fuí dispersando todas mis pertenencias por cada rincón... semejante a una marcación de territorio.

Maleta, bolso, zapatos , chaqueta, altavoces, mp3, zapatillas, regalos, papel de regalo, más bolsas, camisetas, bolígrafos, libretas, mechero, incienso, sobres de azúcar y té y café, gominolas...fueron testigos de uno de los mejores y más intensos momentos de mi existencia!!!