
Compartir es uno de los sentimientos más bonitos que se pueden llegar a tener.
Y yo anoche lo experimenté como nunca.
Las circunstancias de mi vida hicieron que no tuviera demasiadas oportunidades para hacerlo. Nunca tuve que compartir habitación, ni ropa, ni libros...
Sólo cuando tuve mi propia casa pude llevar a mis amigos y prepararles una buena cena y pasar excelentes veladas con ellos.No era lo mismo...
Pero ayer supe lo que era compartir de verdad.
En estos momentos en los que no me puedo permitir ni siquiera una tableta de chocolate o cualquiera de las cosas más simples, ni abusar del consumo eléctrico, ni tener la casa para mí sola...etc, estoy comprobando que compartir significa dar lo poco que se tiene y no sentir que pierdes nada, sino al contrario.. que recibes tanto!!!
Anoche subimos todos a mi cuarto a ver una película, sentados en la cama, al calor de una pequeña estufa y comiendo la poca comida que me quedaba: galletas, queso y mermelada de frambuesa.
La euforia recorrió mi cuerpo y me sentí feliz al estar rodeada de la gente que quiero, compartiendo mi espacio y unos víveres que nos supieron a gloria.
Pero eso no fué nada comparado con la satisfacción de ver a mis amigos reir y disfrutar de cada segundo.
Doy por ello las gracias a la vida, que me está enseñando tanto!
1 comentario:
Es una sensación maravillosa....tner buenos amigos y poder compartir con ellos lo poo que se tiene...ya hemos hablado muchas veces de ello....lo importante no es lo mucho que se tiene o se quiera tener, sino que lo que tengas te llene...y eso mi niña...nos ocure a nosotros y a tí en especial....eres feliz ahora con mucho menos que antes...y eso te engrandece...
te amo
Publicar un comentario