

Hace 10 años y unos meses viajé a París por primera vez. Fué un viaje lúdico, con gente de la Universidad, a lo loco, sin paradas culturales y viviendo una segunda infancia en Eurodisney.
Supe que volvería y disfrutaría de la ciudad de otro modo. Y este fin de semana pasado ocurrió.
Billetes de avión comprados con meses de antelación y sin organización previa del resto.
Han sido días soleados y frescos, rodeada de maravillas, calles imposibles de describir, idas, venidas, avenidas...
Más de 700 fotografías avalan lo que mis ojos y mi memoria aún retienen, pero que quedarán como testimonio de tres días inolvidables.
Vistas nocturnas y diurnas desde las alturas de la Torre Eiffel , Mont Martre y Montparnasse; vidrieras imposibles en Notre Dame, sonidos de campanas, mi querido Pont Neuf (el mismo de la película protagonizada por Juliette Binoche), iglesia de Saint-Germain L'Auxerrois, gárgolas de gran belleza y parte luces; frisos, columnas, arcos nervados y mil esculturas; edificios míticos, llenos de historia que cada día ganan encanto...
Es imposible describir y escribir sobre París... sólo quien ha estado podrá entender lo que se siente en esa maravillosa ciudad... un lugar que todo el mundo debería ver y sentir antes de morir...
Juré que volvería y así lo he hecho
Espero que no sea la última vez, porque aún se esconden rincones que, por falta de tiempo, no pude ver. Y sé que me esperan expectantes, llenos de vida y color... el color de PARIS.
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