miércoles, 25 de marzo de 2009


Fluctuantes como las bolsas y los mercados, así fueron mis días de la semana pasada.
Hoy, decaimiento e inutilidad, desconcierto e impaciencia.
Dice una amiga que la vida es como un río, que cuando llegas a los rápidos, éstos no te dejan disfrutar del paisaje. No sé si descrepo o no, sólo sé que los días semejantes a las corrientes fuertes me dejan contemplar sin contemplaciones el desolador panorama que emerge ante mí... y me deja el cuerpo tan inerte y falto de vida como el Mar Muerto.

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