Quiero ser exploradora de almas, sanadora de tu sueño imperfecto, remedio de la afonía de tu corazón, bálsamo de tu ánimo. Me arrebataste el título de todo aquello, como a un niño que juega con una figura de cristal.
Me caí del pedestal y aterricé en un día cualquiera. Lejos quedaron los paraísos donde perderse; lejos están los que estén por venir.
La rueca de la vida sigue, pero yo no me quiero soltar.
martes, 18 de agosto de 2009
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