lunes, 9 de mayo de 2005

7 mayo

Las escasastres horas que dormí se llevaron todo rastro de alegría...demasiado leve para ser verdad.
El dolor ajeno me influye, no puedo ser tan egoísta.
Pude dar más calor al herido? Hice lo que pude.
Tienes razón, la vida no es como creemos. Todo es efímero.
Te refugias en Rigoletto y yo escribo para ti.
Fotos de ángeles y demonios. El infierno en tu ingle, tu perdición. Huye! Mi instinto te avisa, confía en él. Colisión de soledades... tú pierdes!

Como Cenicienta, las campanas avisan del retorno a casa.
La tristeza comienza a minarme... siempre será así...

1 comentario:

M. dijo...

Creo haber entendido algo de lo que aquí escribes y no tengo palabras...uffffff

M.