viernes, 3 de junio de 2005

Nunca vi en los cementerios el sitio donde me gustaría pasar más horas de las necesarias... ni siquiera las eternas...
Me vienen a la mente las ideas de los Románticos, con Gustavo Adolfo Bécquer a la cabeza.
Y también sensaciones de paz, sosiego, tranquilidad... pero expectantes, a la defensiva, como si las ánimas quedasen allí atrapadas y envidiasen el caminar humano; haciendo que me sienta incómoda por vivir, como si al respirar les estuviese dando a entender su muerte.
Sí es cierto que al pasear por entre determinados panteones me quede prendada de su belleza arquitectónica. Pero nada más...
Sólo los hermosos cipreses, con sus alargadas sombras, como diría Delibes, me recuerdan a la vida... esa que los muertos perdieron...

1 comentario:

M. dijo...

todo tiene su belleza si la buscas..y los cementerios también...se respira tranquilidad y paz...esa que en este mundo en el que vivimos por desgracia hace mucha falta...